8 de marzo… Un Día para Recordar, Celebrar y Reivindicar

 


El 8 de marzo no es simplemente una fecha más en el calendario para celebrar, es un recordatorio poderoso de la lucha incansable de las mujeres por la igualdad, la justicia y el respeto. Este día, reconocido internacionalmente, nos invita a reflexionar sobre los avances logrados y a renovar nuestro compromiso con los derechos que aún faltan por conquistar.

Los orígenes del Día Internacional de la Mujer se remontan a finales del siglo XIX y principios del XX, un período marcado por la industrialización y la agitación social. 

A mediados del siglo XIX, las mujeres trabajadoras, especialmente en el sector textil, comenzaron a organizarse y a protestar por sus condiciones laborales precarias. Hubo manifestaciones importantes en Nueva York, donde las mujeres exigían mejores salarios, horarios más cortos y el derecho al voto.

El 8 de marzo de 1857, en plena revolución industrial, miles de mujeres con el lema “Pan y Rosas” salieron a marchar por las calles de New York para protestar por la precariedad laboral, así como para exigir un recorte de las jornadas a las que eran sometidas, además del cese de la explotación infantil.

En 1908, miles de mujeres trabajadoras textiles en Nueva York se declararon en huelga, exigiendo mejores condiciones laborales y el derecho al voto. Existe el registro histórico de que Este acto de valentía sentó las bases para futuras movilizaciones. 

En 1909 más de 15 mil mujeres volvieron a tomar las calles de New York para demandar la reducción de los horarios de trabajo, aumento de salarios y esta vez también para exigir el derecho al voto.

En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Clara Zetkin propuso establecer un día internacional, para honrar la lucha de las mujeres ante la desigualdad. La fecha del 8 de marzo se consolidó en 1917, cuando las mujeres rusas iniciaron una huelga masiva exigiendo "pan y paz", un evento que marcó el inicio de la Revolución Rusa.   

Logros Significativos


A lo largo del siglo en curso y el anterior, las mujeres han logrado avances notables en diversos ámbitos… por ejemplo el Derecho al voto,  un derecho fundamental que permitió a las mujeres participar activamente en la vida política, pero no siempre fue así. En Chile, recién en 1934, las mujeres mayores de 21 años, que supieran leer y escribir, por primera vez en la historia de este país, pudieron sufragar en las elecciones municipales de ese año y a ser elegidas democráticamente para el cargo de alcalde.

El 8 de enero de 1941, en un mensaje dirigido a la Cámara de Diputados, el presidente de la República en ejercicio Don Pedro Aguirre Cerda, envió el proyecto de ley para apoyar la idea de legislar con respecto al voto femenino. Las dirigentes del Movimiento de Pro-emancipación de la Mujer Chilena (MEMCH), Elena Caffarena y Flor Heredia, fueron las encargadas de redactar el proyecto de Ley que establecía un registro electoral único, dejando de lado las distinciones entre hombres y mujeres, sin embargo, la prematura muerte del presidente postergó la discusión hasta el año 1945.

El camino de esta ley continuo el día 20 de junio de 1945, durante la 9ª Sesión Ordinaria del Senado y bajo el patrocinio de actores políticos diversos. Posteriormente, el 15 de diciembre de 1948 se despachó el proyecto para su último trámite y el 21 de diciembre, el Senado acogió el proyecto con todas las modificaciones hechas por la Cámara de Diputados, quedando así en condiciones de ser promulgado.

El derecho a voto presidencial en Chile finalmente se instaura el 8 de enero de 1949, bajo el gobierno de Gabriel González Videla.  A mis 55 años puedo contar, que mis abuelas fueron de las primeras mujeres en Chile que, por derecho de nacer en esta tierra, podían usar su derecho a voto para elegir a sus representantes, algo que hoy nos parece lógico pero que, a través de los ojos de la historia, fue un derecho ganado. Es muy raro pensar hoy, que aún en pleno siglo XXI, aún hay países donde por Ley las mujeres no pueden sufragar.


El 8 de marzo es un día para celebrar la fuerza y la resiliencia de las mujeres, pero también es un recordatorio de que la lucha continúa. Debemos seguir trabajando juntas y juntos para construir un mundo donde la igualdad sea una realidad para todas las mujeres, en todas partes.


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